Según la nueva ley,
los participantes sexuales deben ponerse de acuerdo y demostrar claramente que
desean participar en la actividad sexual, la pasividad no se considera un signo de
participación voluntaria. El sexo se considerará un acto delictivo si los
participantes no lo hubiesen llevado a cabo de forma voluntaria, independientemente
de si se utilizó o no la violencia o las amenazas.
Tampoco habrá necesidad de demostrar la intención de algunos delitos
sexuales muy graves, lo que significa que un presunto delincuente podría ser
condenado incluso si no tuviera la intención de violar a la víctima.
El debate sobre la nueva ley de consentimiento ha dominado los titulares
en Suecia y el extranjero.
EFE: amplia la información