1. Celos frecuentes: pudiera parecer contradictorio,
pero ¡es así! Los infieles san que han cometido “errores” y que su comportamiento
no ha sido correcto. Esto les debe de producir una especie de temor a que su
pareja haga lo mismo, o tan solo manifiesta el malestar por el temor de que le
hagan lo mismo. Ellos serían algo así: “Haz lo que yo digo y no lo que yo hago”
El problema comienza cuando los celos se vuelven enfermizos. Algo que vive en la
mente del infiel por el cargo de conciencia que lo atormenta.
2.
Emociones inestables: son personas inestables, muy extremistas. Es agresivo,
controlador, culpa a su pareja de cosas
que no existen. Es una muestra del conflicto mental que el infiel tiene en su
cabeza
3.
Necesidad de dependencia: Necesita que su pareja le diga lo mucho que lo
necesita, que lo ama. Lo que provoca la extrañeza de su pareja que puede
empezar a agobiarse y desconfiar.
4. Ideas contradictorias sobre el amor:
Tanta infidelidad comienza a hacer que te plantees qué es el amor. Empiezas a
tener ideas para poder resucitar la pasión sexual con tu pareja, probar cosas nuevas. Algo que no se te había
ocurrido antes.
Es posible que, el infiel cambie la
forma de ver las relaciones y empiece a plantearse relaciones abiertas o de
otro tipo.
5.
Búsqueda de pareja: si la relación de pareja se termina por una infidelidad, el
infiel buscará rápidamente otra pareja. Lo cierto es que por tendencia algunas
personas necesitan tener una pareja para poder serle infiel.
6. No
aceptan relaciones libres. Las consecuencias
son todas las anteriores, los celos, descubrir la infidelidad y que la relación
de pareja no será una relación sana.
7. Necesidad de emociones: muchos
infieles buscan en el sexo una constante necesidad emocional que no ven
cubiertas. Por eso se refugian en una situación que creen podrán solventar esta
necesidad, cuando realmente no es así. Tan solo aumenta la frustración y el
malestar.