Identificar los detalles o características de una relación enfermiza es complicado, pero lo verdaderamente doloroso es aceptarlo, esto puede requerir ayuda profesional o algún otro tipo de terapia que te puedas apoyar, si es que crees estar involucrado en alguna relación patológica.
Para esclarecer un poco tu panorama e identificar si te encuentras en una relación tóxica, practica estas tres variantes que te ayudarán a encontrar la respuesta.
1. Reflexiona por unos minutos y pregúntate si eres feliz.
No subestimes el poder de una pregunta como esa, si te enfocas de verdad y te concentras principalmente en contestar con tu sentir y no tu razón, obtendrás la verdadera respuesta.
Piensa en tu relación, tu pareja y lo que aporta a tu vida: ¿Te hace feliz, te motiva, comparte contigo, te quita lo que tienes, te critica, apaga tus iniciativas, minimiza tus logros? Cuando respondas cada una de estas cuestiones por ti mismo, podrás definir si él o ella te hace feliz.
Cuando descubras que tu relación no te hace sentir cómodo o feliz, deberías considerar ponerle final. Evita pelear a diario, padecer algún tipo de violencia, de infidelidad, puede que la persona no sea la adecuada para ti y aferrarte a algo a lo que no perteneces convierte una experiencia que podría ser maravillosa en una pesadilla.
2. Poner atención en lo que tú mente y corazón te dicen sobre tu relación.
Busca un equilibrio entre lo que piensas y sientes, evita eliminar un pensamiento lógico porque es lo que tu corazón desea y no ignores las corazonadas.
Tomate el tiempo necesario para analizar tus pensamientos y emociones, cuando sientas que comprendes la situación, arriba a una conclusión que tenga como base lo que tu corazón y tu mente consideran mejor para tu relación. Evita maximizar problemáticas pequeñas y convertirlas en grandes inseguridades, si tu realidad te indica que estás en una relación nociva, solucionarlo cuanto antes, evita que luego sea demasiado tarde, es mejor prevenir que lamentar.
3. Analiza quién eres cuando estás con tu pareja
Algunos creen que amar más, dejando de ser de uno para ser del otro te llevaría a la felicidad, perdiendo toda la luz que algún día irradiábamos, pues los problemas, los miedos, las decepciones, y la codependencia se llevan todo lo que nos volvía una persona única. Actitudes extrañas aparecen cuando la relación se hace poco saludable, ejemplo, los celos desmedidos, inseguridad o el miedo a que te abandonen, los temores que te culpe o castigue cuando estás con tu pareja o al estar lejos de ella.
En algunos casos se confunden los papeles entre los dos, tomando el rol de mamá o papá y el otro el del pequeño hijo que hay que cuidar; así que si constantemente estás esperando que él o ella haga las cosas por ti, resuelva tus problemas o tome todas tus decisiones, puede que estés cayendo en un círculo nocivo. Si eres el que ejerce la presión de controlar absolutamente todo lo que tiene que ver con tu pareja y su relación, puede que seas el que está arrastrando a ambos a la destrucción.
Cuando estés con tu pareja identifica cualquier comportamiento que no te parezca normal o adecuado, y analizar si de verdad eres feliz en tu relación o si se trata de un lazo tóxico con el que deberías terminar.