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Pero… ¡ah, el amor! ¡viva el amor! ese que no entiende de
linajes, capaz de cambiar las costumbres, y este es el caso de la princesa
japonesa Mako, nieta mayor del actual emperador Akihito, quien ha oficializado
su compromiso con su novio plebeyo, informa el periódico ‘The
Mainichi’.
La
joven ha tomado esta decisión a sabiendas que cuando se case en tales condiciones
heréticas, perderá su estatus como de la familia real.
Sin
dudarlo el pasado 3 de septiembre la princesa en rueda de prensa en el palacio
de Akasaka en Tokio (Japón) oficializó su compromiso con Kei Komuro,
empleado de un despacho de abogados y aficionado a tocar jazz al piano.
La
ley actual señala que las
mujeres no pueden heredar el Trono del Crisantemo, el
trono imperial de Japón.
Como
el elegido no es de una familia real, la princesa será privada de su título
y pasará a ser una
ciudadana común cuando contraída matrimonio, según lo
establece la legislación del país asiático.
Bien,
la noble dama perderá su corona, pero podrá escuchar en casa conciertos de jazz
y contará con un abogado a su disposición, quizás no sea mucho pero que me
dicen del amor, que llenará de luces sus días.