Tras la sombra de Grey

Grey

¿Cuál es la relación entre 50 sombras de Grey y está Persona, la obra maestra de Ingmar Bergman? ¿Qué es mejor: el libro o la película? ¿De verdad se inspiraron en 9 semanas y media y El último tango en Paris para rodarla? ¿Quién hizo mejor el papel: la directora o los protagonistas? Es suficiente lo que se proyecta en pantalla para darle clasificación C? Si no has visto la cinta que está en boca de todos, te comento algunos detalles que harán que corras a verla.

Aunque parezca increíble, en la semilla de la versión cinematográfica de 50 sombras de Grey esta Persona, de Ingmar Bergman. Cada actriz que hacia la prueba delante de la directora británica Sam Taylor-Johnson, reputada artista y fotógrafa de 48 años –aunque directora hasta este momento de un único largometraje, Nowhere boy, de 2009 sobre los primeros años de John Lennon – leía cuatro páginas de un monologo de esta obra maestra. Según la cineasta, en declaraciones previas al estreno, “así sabíamos quién podía afrontar un complejo viaje emocional”

Eso por ahora no se ve en 50 sombras de Grey, cuyo estreno mundial se realizó en la Berlinale.

Todo lo anterior tiene sentido para entender que 50 sombras de Grey es un negocio que jamás quiso ser arte. El libro supuso la primera experiencia en el BDSM (bondage o ataduras, disciplina y dominación, sumisión y masoquismo) para muchas lectoras – público al que dirigido -, especialmente en Estados Unidos, donde no tienen precursores literarios como el Marqués de Sade en un erotismo salido de los cánones habituales. Anastasia Steele es una estudiante de literatura que entrevista al millonario de 27 años Chistian Grey por enfermedad de su compañera de piso, la que realmente estudia periodismo. Salta la chispa y Grey le enseña sus divertimentos, le abre su casa, que no es su corazón, para que anastasia disfrute como él. Es decir, Cenicienta con azotes en el trasero.

Visto el filme, quien sale mejor parada del trance es la directora. Estuvo 18 meses atada a la película soportando la presión de realizar un trabajo escrutado por el mundo, supo manejar la cámara y realizar lo necesario para que el paquete fílmico se sostenga en pie de forma decorosa.

Y además Taylor- Johson aposto por Dakota Johnson (“Mi escena favorita es en la que pierdo la virginidad” o “No todo lo que se ve en pantalla es mío”, fueron algunas de sus frases célebres tras el estreno de la cinta)

En cambio, el actor y modelo irlandés Jamie Dorna, 32 años, como el dominador Grey no está  a la altura; entro a la ultima hora sustituyendo al inglés Charlie Hunnam, que se asustó ante el compromiso de tener que filmar una trilogía (50 sombras mas oscuras de 50 sombras liberadas son las otras novelas que deberán adaptarse a la pantalla grande)

No hay pubis -¡por favor, esto es Hollywood! – masculinos y apenas se entrevé el femenino. Desaparece el momento sexual del tampón, uno de los hitos del primer volumen. La película acaba en el mismo sitio que el libro, y al menos de la caligrafía del filme se puede decir que mejora la burda narrativa de E.L. James. Por supuesto es menos subida de todo que 9 semanas y políticamente correcto. Dicho esto, se van a forrar de dinero*