Estos 4 hábitos afectan tu vida sexual

sexo y estrés
Estrés en el trabajo
ESTRÉS

Tu superior te solicita  resultados y te esfuerzas al trabajar. Cuando estas en casa,  los niños juegan y corretean, el teléfono suena, llaman a la puerta,la mascota ladra… Esta situación de estrés influye en tu vida sexual más de lo que imaginas.


Esto sucede porque estrés libera en el cuerpo la hormona cortisol, un estrés moderado no tendría problema, el asunto se complica cuando es mantenido, puede acabar con la libido. Así que conversa con tu pareja y regálense un fin de semana de spa, relajación y entretenimiento, sí o sí.

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USO DE LA TECNOLOGÍA

Daña tu vida social, no tu cuerpo. En estos tiempos que corren la vida en pareja se ve perjudicada por la tecnología.  El 80% de las personas duerme con su móvil en la cama. No darle prioridad al sexo por la tecnología no es buena idea. La mejor opción es dejar el móvil a un lado o apágalo y procura ser un genial amante.

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MALA ALIMENTACIÓN

 Ya lo dice el viejo y conocido dicho somos lo que comemos. Y en el sexo, esto no es la excepción.

Aleja las hamburguesas y pizzas de tú vida diaria. Sabemos que las dietas ricas en grasas son responsables de complicaciones cardiovasculares, diabetes y de sobrepeso entre otras.

Aunque las principales disfunciones sexuales, impotencia y frigidez, pueden ser debidas a debilidades emocionales y psicológicas, muchas veces estos padecimientos tienen su origen en una mala nutrición.

Un exceso de peso puede desequilibrar tus hormonas, entre ellas la muy conocida testosterona. Si tienes un nivel de testosterona baja, el deseo sexual disminuye.

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INGERIR DEMASIADO ALCOHOL

El alcohol y el sexo son una mala pareja. En cambio una buena copa de vino puede ayudar a tener mejor estado de ánimo, una botella entera puede acabar tu deseo sexual. Sucede que el alcohol disminuye la hormona DHEA, mejor conocida como la hormona de la juventud, que influye en la obtención de hormonas sexuales.

El alcohol compromete al sistema nervioso central, causa que tus movimientos sean más lentos. En este caso, la ejecución sexual se ve frustrada en varios aspectos. 

Entonces, ¿de qué vale tanto impulso sexual, tantas ganas, si a la larga no se va a disfrutar el sexo a plenitud?  Mezclando el alcohol a nuestro deseo sexual, nos estamos poniendo en una posición de frustración sexual.  Señalaba el afamado escritor inglés William Shakespeare, las drogas y el alcohol “provocan el deseo pero frustran la ejecución”.