El imán hacia lo prohibido
La mejor política en cuanto al “amor” en el trabajo: Llevarlo a otro plano que no sea el laboral, puede ser en casa o sea “lavar la ropa sucia en casa”; evitar el sexo en el área de trabajo; no permitir que la relación dañe tu productividad.
De manera recurrente, oímos el siguiente consejo: “No
mezcles la nómina con el corazón”. Existen inclusive algunos centros de trabajo
que tienen políticas muy estrictas con relación al romance en el trabajo, y sus
empleados lo conocen. A pesar de esto, esto podría ser una de esas orientaciones
en las que lo prohibido pareciera ser lo más deseado.
Los estudios sobre las relaciones de pareja en el ámbito
laboral llevados a cabo por la Profesora de la Universidad de Glasgow, Fiona
Wilson, demuestran que aproximadamente 20% de las parejas se conocen en su
trabajo. Esto se comprende debido a la gran cantidad de tiempo que tienen para
convivir y conocerse. Además, nunca se escoge dónde enamorarse.
Sabido es que 2 de cada 10 personas se involucran sentimentalmente
en el trabajo fomentado por el deseo ferviente de tener pareja estable, al deseo
de sentirse atractiva o al entusiasmo de ir a trabajar en la mañana, conociendo
que se encontrará con la persona ama. Todas las razones valen, pero el propio
ambiente de este tipo de encuentros o relaciones puede atraer complicaciones a
la vida personal y laboral. Por todo esto hay que considerar bien costos y beneficios antes
de iniciar un romance “laboral”